¿Sufres problemas de la piel? Conoce sus causas y posibles soluciones
FCells Team
1jun. 11, 2024
La piel es el órgano más grande del cuerpo y, a menudo, es un reflejo de nuestra salud general. Sin embargo, muchos de nosotros enfrentamos diversos problemas en la piel a lo largo de nuestras vidas.
Estos problemas pueden ser el resultado de una variedad de factores, desde la falta de hidratación hasta el envejecimiento natural. Al entender las causas subyacentes de los problemas cutáneos, podemos tomar medidas preventivas y buscar tratamientos adecuados para mantener nuestra piel en las mejores condiciones posibles.
A continuación, exploraremos algunas de las causas más comunes de problemas cutáneos y cómo puedes abordarlos.
1.- Falta de Hidratación
A nivel celular, la deshidratación tiene efectos profundos y perjudiciales. Las células de la piel requieren agua para llevar a cabo todas sus funciones metabólicas esenciales, y cuando no tiene suficiente agua se ralentizan todos estos procesos, incluidos su capacidad de producir energía y regenerarse.
Por mencionar solo algunas funciones afectadas, la deshidratación interfiere directamente con el mantenimiento del un equilibrio iónico, la comunicación entre células, la microcirculación y el suministro de oxigeno, la síntesis de los lípidos de la barrera cutánea, del colágeno y la elastina; la capacidad de la piel de mantener afuera los agentes patógenos, retener nutrientes esenciales y de regenerarse.
Finalmente, la falta de hidratación afecta el PH, aumenta la producción de radicales libres, moléculas inestables que dañan las células de la piel, así como promover que la piel produzca más sebo o aceite para compensar la falta de agua. Esto puede llevar a poros obstruidos y brotes de acné.
Como resultado de estos proceso microcelulares, la deshidratación resulta en piel opaca, seca y sin vida, y a la larga puede llevar a la aparición de arrugas y líneas finas, descamación y sensibilidad.
Solución: bebe al menos dos litros de agua al día y utiliza cremas hidratantes adecuadas para tu tipo de piel. Evita el consumo excesivo de alcohol, la cafeína y el tabaco, ya que deshidratan aún más la piel.
2.- Estrés
El estrés no solo afecta nuestra salud mental, sino que también tiene un impacto directo en nuestra piel. Cuando estamos estresados, nuestro cuerpo produce una mayor cantidad de la hormona cortisol, que puede llevar a una producción excesiva de sebo, provocando brotes de acné y otros problemas cutáneos.
A nivel celular, el estrés puede causar inflamación y reducir la capacidad de la piel para funcionar como barrera, lo que puede resultar en pérdida de hidratación y una mayor susceptibilidad a irritantes y alérgenos.
Solución: practica técnicas de relajación como la meditación, el yoga o la respiración profunda. Asegúrate de dormir lo suficiente y considera la posibilidad de consultar a un profesional de la salud mental, ya que si sientes que el estrés está afectando la salud de tu piel, es muy probable que también esté afectando tus emociones.
3.- Expresiones faciales
Las expresiones faciales repetitivas, como fruncir el ceño o sonreír, pueden causar líneas y arrugas con el tiempo. Cada vez que usamos un músculo facial, se forma un surco debajo de la superficie de la piel. A medida que envejecemos y nuestra piel pierde su elasticidad, estos surcos se convierten en arrugas permanentes.
Solución: Si bien no podemos (ni debemos) dejar de expresarnos, es esencial cuidar nuestra piel con productos ricos en antioxidantes y colágeno. Tratamientos como la microdermoabrasión o las cremas con retinoides pueden ayudar a reducir la apariencia de estas líneas.
4.- Envejecimiento natural y envejecimiento extrínseco
Con el tiempo, nuestra piel sufre cambios naturales. La producción de colágeno disminuye como resultado de la muerte progresiva de los fibroblastos células, lo que lleva a una pérdida de elasticidad y firmeza. Además, factores externos como la exposición al sol, la contaminación y el tabaquismo pueden acelerar este proceso, conocido como envejecimiento extrínseco.
Solución: Protege tu piel del sol usando protector solar todos los días, evita fumar y limita la exposición a contaminantes. Considera tratamientos antienvejecimiento y productos con ingredientes activos como retinol, ácido hialurónico y péptidos.
A nivel preventivo, ayudarle a la piel a sintetizar más elementos regenerativos, por ejemplo, con fibroblastos autólogos, es la mejor solución.
5.- Factores genéticos
Nuestra genética juega un papel crucial la predisposición de la piel a ciertas afecciones cutáneas, cómo responde a factores externos, cómo envejece y cómo se regenera. Nuestros genes dictan cómo y cuándo las células de la piel producen proteínas, lípidos y otras moléculas esenciales.
Por ejemplo, algunas personas tienen una mayor producción natural de colágeno debido a su genética, lo que puede hacer que su piel se mantenga firme y elástica por más tiempo. Por otro lado, algunas personas pueden tener una predisposición genética a enfermedades de la piel como el eczema, la psoriasis o el acné.
Solución: aunque no podemos cambiar nuestra genética, podemos tomar medidas para cuidar nuestra piel según sus necesidades específicas. Es esencial conocer tu tipo de piel y sus particularidades para elegir los productos y tratamientos más adecuados. Además, las visitas regulares al dermatólogo pueden ayudar a identificar y tratar cualquier problema relacionado con la genética antes de que se agrave.
¿Cómo ayuda el tratamiento con fibroblastos a combatir todas las señales de daño en la piel?
El tratamiento con fibroblastos autólogos es una solución avanzada para combatir los signos del envejecimiento que son el resultado del daño acumulativo. A nivel celular, los fibroblastos trabajan para:
Producir colágeno y elastina: estas dos proteínas son esenciales para mantener la piel firme, elástica y resistente. Con el tiempo, la producción natural de estas proteínas disminuye, lo que lleva a la formación de arrugas y pérdida de firmeza.
Reparar el daño celular: causado por factores externos como la exposición al sol, la contaminación y el tabaquismo, así como el daño interno causado por la deshidratación y el estrés.
Mejorar la barrera cutánea: una barrera cutánea saludable es esencial para mantener la piel hidratada y protegida contra irritantes y alérgenos. Los fibroblastos fortalecen esta barrera, lo que resulta en una piel más resistente y menos propensa a problemas como la sequedad, la sensibilidad y las erupciones.
Si estás buscando una solución tanto preventiva como correctiva y a largo plazo para los signos del envejecimiento y otros problemas cutáneos, el tratamiento con fibroblastos autólogos puede ser la respuesta. Es un procedimiento mínimamente invasivo que ofrece resultados duraderos y naturales. Agenda tu cita y descubre si este tratamiento es adecuado para ti.
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