¿Cansado del fotoenvejecimiento? Descubre qué es y cómo combatirlo
FCells Team
1jun. 21, 2024
El fotoenvejecimiento se refiere al envejecimiento prematuro de la piel causado por la exposición repetida y prolongada a la radiación ultravioleta (UV) del sol o de fuentes artificiales, como las camas de bronceado.
Es un proceso más grave y peligroso que el envejecimiento natural o intrínseco, y se manifiesta a través de signos muy visibles como arrugas, manchas solares, pérdida de elasticidad, piel seca, áspera o engrosada, o incluso lesiones cancerígenas. Hoy veremos exactamente qué es y cómo combatirlo.
Los principales síntomas del fotoenvejecimiento
Está demostrado que la exposición constante y sin protección a los rayos UV daña las fibras de colágeno y elastina del tejido. El grado y tipo de síntomas del fotoenvejecimiento pueden variar según el tipo de piel, la historia de exposición al sol y otros factores genéticos y ambientales, pero los más comunes son:
Desarrollo de cáncer de piel o lesiones precancerosas
La exposición prolongada y sin protección al sol aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de piel, incluyendo carcinoma basocelular, carcinoma espinocelular y el melanoma, que es el tipo más peligroso.
Hiperpigmentación y despigmentación
Los lentigos solares son manchas planas de color marrón que aparecen en áreas de la piel que han estado expuestas durante muchos años. Son comunes en la cara, manos, brazos y hombros. Además de las manchas solares, la piel puede desarrollar áreas irregulares de hiperpigmentación (oscurecimiento) o despigmentación (aclaramiento) pecas y otras anomalías difíciles de tratar.
Arrugas y líneas finas
La exposición prolongada al sol acelera la aparición de arrugas y de una apariencia cuarteada de la piel en general, especialmente en áreas que están frecuentemente expuestas, como la cara, el cuello, las manos y los antebrazos.
Piel áspera, adelgazada y apagada
La piel puede adelgazarse y volverse más frágil, sensible y susceptible a lesiones debido a la exposición solar prolongada, pero al mismo tiempo también hay zonas más propensas a volverse ásperas, secas y escamosas, perdiendo su brillo y luminosidad o adquiriendo un aspecto apagado y cansado.
Condiciones anómalas de la piel
Por ejemplo, la telangiectasia, que se caracteriza por pequeños vasos sanguíneos dilatados que pueden aparecer cerca de la superficie de la piel, especialmente en la nariz, mejillas y cuello; o la elastosis, una condición en la que las áreas expuestas al sol se vuelven amarillas y gruesas, con una apariencia arrugada y protuberante. La exposición a la radiación y también aumenta el riesgo de queratosis actínicas, crecimientos escamosos y rugosos que incluso pueden ser un precursor del cáncer de piel.
Además de todo lo anterior, una piel fotoenvejecida puede afectar la autoestima y la confianza en uno mismo. Por si fuera poco, tratar los efectos del fotoenvejecimiento puede ser costoso y requerir tratamientos dermatológicos prolongados. Es más fácil y menos costoso prevenir el daño en primer lugar que tratarlo después de que ha ocurrido.
¿Cuál el proceso celular del fotoenvejecimiento y en qué se diferencia del envejecimiento intrínseco?
El envejecimiento de la piel es un proceso natural que todos experimentamos con el tiempo. Sin embargo, hay dos tipos principales de envejecimiento cutáneo: el intrínseco y el extrínseco, uno de los cuales es el fotoenvejecimiento. Aunque ambos tipos resultan en signos visibles, tienen causas, características y manifestaciones muy diferentes.
Envejecimiento Intrínseco (o cronológico)
El envejecimiento intrínseco es el proceso natural de envejecimiento que ocurre con el tiempo, independientemente de factores externos, y está determinado en gran medida por la genética. Se caracteriza por una pérdida gradual de colágeno y elastina, una disminución en la producción natural de aceites que puede resultar en una piel más seca, y una reducida capacidad de la piel para retener agua, lo que promueve una apariencia reseca.
Además, se observa una reducción en la actividad celular y una regeneración más lenta de la piel. Estas características se manifiestan en la aparición de líneas finas y arrugas, pérdida de volumen y firmeza, piel que se vuelve más delgada y transparente, y una disminución de la grasa subcutánea, dando como resultado una apariencia más "huesuda".
Fotoenvejecimiento
A diferencia del envejecimiento cronológico, el fotoenvejecimiento por la radiación UV puede causar daño directo al ADN de las células de la piel, y aunque nuestro cuerpo tiene mecanismos para reparar este daño, la exposición constante puede superar la capacidad de reparación, resultando en mutaciones permanentes.
Además, la radiación UV estimula la producción de radicales libres, moléculas inestables que afectan a las células, proteínas y ADN, acelerando su degradación. También activa enzimas llamadas metaloproteinasas de matriz (MMPs) que descomponen el colágeno, llevando a la pérdida de firmeza y elasticidad de la piel.
Otros efectos incluyen la alteración de la melanina, causando manchas solares, pecas y áreas de hiperpigmentación, y una respuesta inflamatoria que puede contribuir al enrojecimiento y daño celular.
En resumen, mientras que el envejecimiento intrínseco es un proceso inevitable que ocurre con el tiempo debido a factores genéticos y biológicos, el fotoenvejecimiento es en gran medida prevenible y es el resultado de la exposición acumulada a la radiación UV. Es importante cuidar la piel de ambos tipos de envejecimiento mediante prácticas de cuidado adecuadas y protección solar diaria.
Factores que promueven el fotoenvejecimiento
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Exposición solar prolongada: quienes pasan mucho tiempo al aire libre tienen un mayor riesgo de fotoenvejecimiento. No aplicar protector solar adecuadamente siempre aumenta el riesgo de daño.
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Tipo de piel: las personas con piel clara tienen menos melanina, lo que las hace más susceptibles al daño solar.
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Geografía y altitud: vivir en áreas con mucha altitud o cerca del ecuador puede aumentar la exposición a la radiación UV.
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Uso de camas de bronceado: pese a que son muy populares, emiten radiación UV que puede acelerar el proceso de fotoenvejecimiento y aumentar el riesgo de cáncer de piel.
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Medicamentos y cosméticos: no olvides que algunos medicamentos y productos cosméticos pueden aumentar la sensibilidad de la piel al sol, lo que puede acelerar el fotoenvejecimiento.
Hábitos diarios y tratamientos profesionales para combatir el fotoenvejecimiento
Combatir el fotoenvejecimiento requiere un enfoque combinado de hábitos diarios y tratamientos profesionales. Aquí te presento algunas recomendaciones para ambos:
Usa protección solar diaria: siempre debes usar productos dermatológicos con factor de protección solar (FPS) de al menos 30, incluso en días nublados. Aplícalo en todas las áreas expuestas, y vuelve a aplicarlo cada dos horas y sobre todo después de nadar o sudar. Además, frente a la exposición directa, por ejemplo, cuado manejamos o vamos a la playa, es necesario usar usa ropa de manga larga, sombreros de ala ancha y gafas de sol con protección UV.
Evita la exposición directa al sol: aunque salir todos los días un rato por vitamina D es buena idea, es necesario limitar tu exposición al sol, especialmente entre las 10 a.m. y las 4 p.m., cuando los rayos UV son más fuertes.
Hidrátate por dentro y por fuera: además de usar cremas y lociones hidratantes para mantener la piel hidratada y ayudar a reparar la barrera cutánea, beber dos litros de agua al día promueve que la piel se regenere más rápido.
Integra el cuidado antioxidante: usa productos para el cuidado de la piel que contengan antioxidantes como la vitamina C, vitamina E y ácido ferúlico para combatir los radicales libres.
Tratamientos para combatir las señales del fotoenvejecimiento
¿Qué pasa cuando el fotoenvejecimiento ya ha hecho estragos en nuestra piel?
Algunas de las opciones que tenemos para mejorar su apariencia son:
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Peeling químico: ayuda a eliminar las capas superficiales dañadas de la piel.
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Microdermoabrasión: es un procedimiento que exfolia la piel y ayuda a mejorar su textura y apariencia.
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Terapia con láser: puede mejorar la textura de la piel, reducir las manchas solares y estimular la producción de colágeno.
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Fototerapia (IPL): Utiliza luz pulsada intensa para tratar manchas solares, telangiectasias y otros signos de fotoenvejecimiento.
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Productos con retinoides: los retinoides, como el retinol y el ácido retinoico, pueden mejorar la textura de la piel y reducir las arrugas y manchas solares.
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Tratamientos antioxidantes: los tratamientos profesionales con antioxidantes, como las infusiones de vitamina C, pueden ayudar a proteger la piel de los daños futuros y mejorar su apariencia general.
Combatir el fotoenvejecimiento con fibroblastos autólogos
Lo mejor que podemos hacer para evitar el fotoenvejecimiento es combinar buenos hábitos diarios con soluciones preventivas que le den una mejor expectativa de vida a nuestra dermis y la hagan más resistente al daño. Una de las tecnologías preventivas más prometedoras para el cuidado de la piel es el tratamiento con fibroblastos autólogos.
Los fibroblastos son células esenciales responsables de producir colágeno y elastina, dos proteínas vitales que mantienen la piel firme, elástica y joven. Al reintroducir los fibroblastos autólogos en ella, se estimula la reparación del daño estructural causado por la exposición UV, pero sobre todo, la ayudamos a acumular menos daño irreversible a lo largo de los años.
A diferencia de los tratamientos tópicos que actúan en la superficie, los fibroblastos trabajan desde las capas más profundas de la piel y atacan las causas del envejecimiento intrínseco y extrínseco, con resultados son más duraderos en comparación con otros tratamientos estéticos.
El tratamiento con fibroblastos autólogos es una solución avanzada y natural. Te invitamos a realizar tu cita en nuestra clínica. Nuestros dermatólogos especialistas en medicina estética determinarán si es el tratamiento adecuado para ti según las necesidades y características de tu piel.
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