Fibroblastos y envejecimiento: cómo mantener activos a los “arquitectos de la piel”
FCells Team
1sep. 23, 2024
Fibroblastos y envejecimiento, ¿qué relación tienen? La ciencia del cuidado de la piel ha avanzado significativamente en las últimas décadas, y hoy en día sabemos que los fibroblastos son la clave de una apariencia juvenil y saludable. Conocidos como los “arquitectos de la piel”, los fibroblastos son responsables de la producción de colágeno y elastina, sin embargo, con el paso del tiempo, su actividad y potencia disminuyen, lo que contribuye a los signos visibles de la edad(Schpel & Davidson 1986, p. 284).
Hoy exploraremos cómo podemos proteger y mantener activos a nuestros fibroblastos para combatir el envejecimiento. Desde estrategias nutricionales hasta tratamientos avanzados como la bioestimulación y la transfusión de fibroblastos autólogos, la ciencia moderna está ofreciendo muchas opciones para vernos y sentirnos de maravilla.
¿Por qué los fibroblastos pueden ser considerados como los arquitectos de la piel?
Los fibroblastos son esenciales para la estructura y funcionalidad de la piel, desempeñando un rol crucial que justifica su apodo de "arquitectos de la piel". Estas células especializadas, localizadas en la dermis, son responsables de la producción de colágeno, elastina y otros componentes de la matriz extracelular (Wong, et al., 2007).
El colágeno actúa como una estructura de soporte que mantiene la piel tensa y sin arrugas, mientras que la elastina le proporciona la capacidad de estirarse y volver a su forma original. Los fibroblastos sintetizan estas proteínas a nivel local a partir de otros nutrientes, y las van acomodando como si fueran “ladrillos” en el tejido. Es decir, estas células no solo producen el colágeno y la elastina, sino que ayudan a acomodar estas moléculas adecuadamente en patrones muy complejos a nivel microscópico, cuyo resultado es una apariencia tersa, suave y sin imperfecciones a simple vista.
Además, los fibroblastos juegan un papel vital en la cicatrización de heridas. Cuando la piel sufre una lesión, estos "arquitectos" migran al sitio de daño, produciendo nuevas fibras de colágeno para reparar el tejido y restaurar la funcionalidad de la piel.
¿Por qué disminuye la actividad de los fibroblastos con el paso del tiempo?
A medida que envejecemos, la actividad de los fibroblastos disminuye notablemente. Este declive se debe a una combinación de factores internos y externos que afectan su funcionalidad y capacidad regenerativa (Ding, et al., 2021). Estas son las principales razones por las cuales la actividad de los fibroblastos se ve comprometida con el tiempo:
Factores internos
Envejecimiento celular y senescencia: Con el tiempo, las células experimentan un proceso natural de envejecimiento conocido como senescencia. Los fibroblastos no son la excepción; a medida que se replican, acumulan daños en el ADN y otros componentes celulares, lo que eventualmente lleva a una disminución de su capacidad para dividirse y funcionar correctamente. Esta senescencia celular resulta en una menor producción de colágeno y elastina, pero también en patrones más irregulares y menos resistentes en el tejido.
Disminución de hormonas: El envejecimiento también se acompaña de una disminución en la producción de ciertas hormonas, como el estrógeno en las mujeres, especialmente durante y después de la menopausia. Estas hormonas juegan un papel crucial en la regulación de la actividad de los fibroblastos y en la síntesis de colágeno y elastina. La caída de los niveles hormonales contribuye a la reducción de la capacidad regenerativa de estas células.
Daño oxidativo: Los fibroblastos, al igual que otras células, están expuestos a radicales libres, moléculas inestables que pueden dañar las estructuras celulares. Con la edad, la capacidad del cuerpo para neutralizar estos radicales libres disminuye, lo que resulta en un aumento del daño oxidativo. Un ambiente altamente oxidativo afecta la funcionalidad de los fibroblastos, reduciendo su eficiencia en la producción de los componentes esenciales de la piel.
Factores externos
Exposición a la radiación UV: La exposición prolongada a los rayos ultravioleta (UV) del sol es una de las principales causas del envejecimiento prematuro de la piel. Los rayos UV generan radicales libres que dañan el ADN de los fibroblastos, reduciendo su capacidad. Este daño acumulativo lleva a una piel más delgada, con menos elasticidad y más propensa a las arrugas.
Contaminación y toxinas ambientales: La contaminación del aire y otros factores ambientales también contribuyen al envejecimiento. Las partículas contaminantes pueden penetrar en la piel, causando inflamación y estrés oxidativo.
Estilo de vida y hábitos: Factores como el tabaquismo, el consumo excesivo de alcohol y una dieta pobre en nutrientes esenciales también juegan un papel importante en el deterioro de la función de los fibroblastos. El tabaquismo, por ejemplo, reduce el flujo sanguíneo a la piel, privando a los fibroblastos de oxígeno y nutrientes necesarios para su funcionamiento. El estrés crónico y la falta de sueño también pueden aumentar los niveles de cortisol, una hormona que descompone el colágeno y reduce la actividad de los fibroblastos.
En conjunto, estos factores internos y externos contribuyen a la disminución de la actividad de los fibroblastos con el paso del tiempo, impactando significativamente en la apariencia y salud de la piel. Entender estas causas es esencial para desarrollar estrategias integrales que realmente logren mantener estos "arquitectos de la piel" activos y funcionales por más tiempo.
¿Cómo podemos proteger y mantener activos a nuestros fibroblastos por más tiempo?
Mantener activos y saludables a los fibroblastos es esencial para preservar la juventud y elasticidad de la piel (Ruiz Martínez & Morales Hernández, 2015). Hoy en día, las estrategias más efectivas combinan hábitos saludables, nutrición adecuada y tratamientos avanzados para protegerlos, estimularlos e incluso reemplazarlos.
¿Cómo nutrir a los fibroblastos?
La nutrición juega un papel crucial en la salud de los fibroblastos y la producción de colágeno y elastina. Para nutrir a los arquitectos de tu piel, es necesario seguir una dieta equilibrada que incluya:
Alimentos ricos en antioxidantes: Consumir frutas y verduras como bayas, cítricos, espinacas y brócoli proporciona antioxidantes que neutralizan los radicales libres y protegen a los fibroblastos del daño oxidativo.
Proteínas magras: Los fibroblastos necesitan proteínas para producir colágeno. Consumir carnes magras, pescado, huevos y legumbres proporciona los aminoácidos necesarios para la síntesis de colágeno.
Grasas saludables: Ácidos grasos omega-3 y omega-6, presentes en pescados grasos, nueces y semillas, ayudan a mantener la integridad de la membrana celular de los fibroblastos.
Vitaminas y minerales: La vitamina C es esencial para la síntesis de colágeno, mientras que la vitamina E protege las membranas celulares de los daños. El zinc y el cobre también son importantes para la producción de colágeno y la salud general de la piel.
¿Cómo proteger los fibroblastos de la oxidación celular?
Proteger la piel de factores externos que pueden causar daño oxidativo es fundamental:
Protección solar: Usar protector solar diariamente previene el daño causado por los rayos UV, que pueden destruir el colágeno y afectar la función de los fibroblastos. Opta por un protector solar de amplio espectro con un SPF de al menos 30.
Evitar la contaminación: La exposición a la contaminación del aire puede incrementar el estrés oxidativo en la piel. Limpia tu piel adecuadamente para eliminar las partículas contaminantes y usa productos antioxidantes para neutralizar los efectos dañinos.
Hábitos de vida saludable: Evita fumar y limita el consumo de alcohol. El tabaquismo reduce el flujo sanguíneo a la piel y el alcohol deshidrata el cuerpo, ambos factores que afectan negativamente a los fibroblastos.
¿Cómo estimular la acción de los fibroblastos en la piel?
Existen varias técnicas de bioestimulación que pueden activar los fibroblastos y mejorar la producción de colágeno y elastina, y que suelen estar disponibles en la mayoría de las clínicas estéticas:
Microagujas (Microneedling): Este tratamiento utiliza agujas finas para crear microlesiones en la piel, estimulando la regeneración y la producción de colágeno y elastina.
Terapias con láser: Los tratamientos con láser, como el láser fraccionado, pueden estimular directamente la actividad de los fibroblastos.
Peelings químicos: Eliminan las capas superficiales de la piel, promoviendo la renovación celular y estimulando a los fibroblastos a producir más colágeno.
Plasma rico en plaquetas (PRP): Utiliza el plasma del propio paciente, rico en factores de crecimiento, para estimular la regeneración de los tejidos y la producción de colágeno y elastina.
¿Cómo reponer los fibroblastos en la piel?
Uno de los avances más significativos en la medicina estética es el uso de fibroblastos autólogos, una técnica que permite reintroducir en la piel del paciente fibroblastos sanos y cultivados en laboratorio.
Para este innovador tratamiento, se realiza una pequeña biopsia de una zona de la piel rica en fibroblastos, mismos que luego se aíslan y se cultivan en condiciones controladas de laboratorio para multiplicarlos por cientos de millones. Esta solución concentrada se reintroduce a las capas profundas de la piel, aumentando el número de fibroblastos activos que de inmediato comienzan su acción celular y suyo efecto puede durar hasta un año. Al utilizar células del propio paciente, se minimizan los riesgos de rechazo o reacciones alérgicas.
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REFERENCIAS
Ding, X., Kakanj, P., Leptin, M., & Eming, S. A. (2021). Regulation of the wound healing response during aging. Journal of Investigative Dermatology, 141(4, Supplement), 1063-1070.
Ruiz Martínez, M & Morales Hernández, M. (2015). Aproximación al tratamiento del envejecimiento cutáneo. Ars Pharmaceutica (Internet), 56(4), 183-191.
Schpel, G. C., & Davidson, J. M. (1986). Elastin production in human skin fibroblast cultures and its decline with age. University of Utah School of Medicine, Department of Pathology, and Research Service, Veterans Administration Medical Center. Salt Lake City, UT, USA.
Wong, T., McGrath, J. A., & Navsaria, H. (2007). The role of fibroblasts in tissue engineering and regeneration. British Journal of Dermatology, 156(6), 1149–1155.